• hace 7 años
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La frase de Andrés Calamaro en una entrevista causó gran polémica porque roza una vez más al mundo animal. El músico, amante de las corridas de toro, dijo que "el cariño que le damos a un perro es el que le restamos a nuestras familias".

 
 
Esto provocó una reacción inmediata de usuarios en las redes sociales y referentes del espectáculo argentino que siempre han flameado y defendido la bandera de los animales.
 
Es el caso de Silvina Escudero, Cristian U y Matilda Blanco. Los tres dialogaron con PrimiciasYa.com al respecto y fueron contundentes con el autor de "Flaca".
 
 

 

 
 
 
 
 
 
 
Ante tanta polémica, Andrés se vio obligado a escribir estas líneas en Facebook donde redobla la apuesta y hace una análisis de los críticos en redes sociales.
 
Lamento las molestias ocasionadas en relación a mis recientes declaraciones que pudieran haber atentado contra la integridad moral de la gran secta de buena gente aplatanada por los slogans de lo que graciosamente llamamos "la corrección política". Servidor detecta un desfase entre la proliferación de fotos con perros y la poca reacción frente a las tragedias del mundo: diez millones de niños van a morir este año. Una noticia que debería unirnos a todos en torno a una preocupación profunda. Aficionados a las corridas de toros hay millones en grandes ciudades, poblaciones y pueblos de Francia, España, México, Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú. Y se merecen el mismo respeto que cualquiera. Yo no soy portavoz (no mas que espontáneo) de la tauromaquia ni de la muerte de un vacuno. En nuestro país celebramos con alegría la ingesta de carne roja y las fotos de las achuras y el asado son casi tantas como la de nuestras mascotas. Ser aficionado a las corridas de toros no te convierte en un asesino sádico a menos que hayas matado con alevosía a otra persona. La libertad y el respeto a las personas son columnas fundamentales de la vida civil, el don de gentes y la sociedad toda. Lamento haber herido en el honor y la sensibilidad de almas tan bellas como angelicales, personas tan sensibles que, heridos por un sable sin remaches, no pueden contener sus insultos de tan heridos que están en su sensibilidad. Soy un pacífico aficionado y jamas fui increpado por la turba animalista. Mi afición consiste en presentarme en la plaza y ver pacíficamente el desempeño de los toros y los toreros. No tengo intención de prolongar un debate en torno al asunto taurino, no con gentes que no se hayan tomado el trabajo de entender, ver o sentir de que se trata aquello que les hincha de razón. Nadie merece ser insultado por una masa enfurecida que no da la cara. El toro puede defenderse del torero, así es como los vemos entrar a la enfermería día si y día también. Pero en la selva donde pian pájaros azules que cotizan en Wall Street (o en Facebook o en el foro que corresponda) solo se trata de un ejercicio catártico y poco valiente, consistente en tirar piedras y esconder la mano. Ahora me toca a mi ser degollado por el sable sin remaches, la semana pasada fue otro ... El punto en cuestión era categorizar (o no) como arte a lo que también se conoce como fiesta, es un detalles sin importancia, pero dudo que mis "insultadores" sepan mencionar a diez artistas contemporáneos ademas de Messi. Razón por la cual no atengo motivos de peso para cambiar mi forma de pensar que es meditada; después de ver esporádicamente toros durante veinte años, recién me atreví a opinar y desde un punto de vista de "manipulación política" mas que sobre el asunto en cuestión. Fue hace siete años, en un programa de televisión y en ocasión de una juntada de firmas para cerrar la última plaza que todavía ofrecía espectáculos en Barcelona. No soy consumidor de drogas pero rechazo la inquisitorial careta, soy responsable de mis actos y un hombre del cual sus familiares pueden sentirse orgullosos. Finalmente soy un adulto joven y se distinguir un disparate de un razonamiento.