• hace 2 años
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La religión no fue el tema predominante en la música de Piazzolla, pero no hay dudas de que fue un profeta que revolucionó ese culto que se llama “tango”. Tampoco hay dudas de que su genio legó al arte piezas trascendentes, capaces de elevarnos de lo terrenal, como la “Suite del Ángel”, “Tanti Anni Prima” -un Ave María lleno de ternura y dulzura- y sobre todo “Adiós Nonino”, su obra más reconocida y universal, ese réquiem escrito en un pentagrama con el que despidió a su propio padre.

En Bahía Blanca, la Catedral “Nuestra Señora de la Merced” fue escenario de un singular homenaje por el centenario del nacimiento del genial compositor realizado por una estudiante de Ingeniería Electricista de la UNS y dos de la Tecnicatura en Emprendimientos Audiovisuales (UNS-UPSO): Nazarena Arza tocó la guitarra como solista y junto a otros músicos invitados, y Juan José Aguilera y Agustín Bellegia tuvieron a su cargo la grabación, edición y pos producción del material audiovisual.

El material producido contiene cinco piezas: “Verano Porteño” y “Milonga del Ángel” como solista, “Tango Suite”, junto a Darío Ibarra; “Oblivion”, con Alberto D’alessandro; y “Libertango”, con la orquesta “Los Escoberos”.

Nazarena es oriunda de Puerto Madryn, de chica estudiaba piano y luego, a los 15, comenzó con la guitarra clásica. Durante algunos años dejó de tocar, por el tiempo que le demandaban primero la escuela secundaria técnica y luego la universidad. Ya radicada en esta ciudad volvió a estudiar con Alberto D’Alessandro. “Cuando comencé, lo primero que me preguntó es ‘¿qué te gustaría hacer?’ y le dije que a mí me gustaría interpretar a Piazzolla, porque era como un sueño para mí. Tuvimos una conexión muy grande, y creo que eso se nota en la pieza que ejecutamos juntos en el homenaje”, cuenta Nazarena.
“La idea surgió en un ensayo, como para que quede algún registro, pero de manera más casera. Sí habíamos pensado en una iglesia… y la cosa fue creciendo: primero conseguir un micrófono, después una cámara mejor... y hasta soñamos con hacerlo en la Catedral”. Así, Nazarena se contactó con Guillermo Kalocai, director decano del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Computadoras, del cual depende la Tecnicatura Universitaria en Emprendimientos Audiovisuales que se dicta a través de la Universidad Provincial del Sudoeste, y se sumaron Juan José y Agustín.

“El proyecto me pareció muy bueno y articulaba por varios lados: habilitaba la intervención con su experticia propia a estudiantes y docentes de una de las carreras de nuestro Departamento, satisfacía un interés original y muy valioso de una estudiante; sumaba un pequeño homenaje a Piazzolla y daba visibilidad a aristas del perfil de la Ingeniería, de quienes la practican y de quienes se forman en ella, que están más allá de lo técnico y profesional”, valoró Kalocai.

Según cuenta Nazarena, cuando hablaron con el párroco y éste con el Obispo les autorizaron dos días, en sesiones de aproximadamente cuatro horas, con el templo cerrado.

“La verdad que fue una experiencia muy linda, nos convocó Andrés Pombo, un profesor de la carrera para que hagamos este trabajo, artística y profesionalmente hablando tratamos de estar a la altura de la convocatoria”, explicó Juan José. “En el despliegue de equipos colaboró Juan Cerana, otro profesor de la carrera que fue de mucha ayuda para trabajar el audio final del video porque la Catedral tiene una acústica muy particular”, agregó.
El trabajo incluyó una pre producción de un mes y medio, la prueba in situ para testear la acústica y las cámaras, el registro de la ejecución durante dos días y otros tres meses de pos producción hasta que el material audiovisual estuvo terminado. “Hacer el corte fue muy difícil porque nos gustó tanto que queríamos poner todo el material registrado”, reconoció Juan José.

“Tocar ahí para mí como creyente fue muy emocionante, un agradecimiento de todo lo que había pasado ese año, por la música, por poder interpretar a Piazzolla… Lo más hermoso es poder transmitir lo que yo siento escuchando su música y poder compartirlo, que no quede en algo mío… eso me hizo muy feliz”, concluyó Nazarena.